Declaración Final del I Congreso Internacional de Mujeres

DECLARACIÓN DE CARACAS
VENEZUELA -2019

Las mujeres revolucionarias del mundo, reunidas en la ciudad de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, entre el 19 y el 23 de septiembre del año en curso, con motivo del I Congreso Internacional de Mujeres, luego de las deliberaciones efectuadas hemos llegado a las siguientes conclusiones:

La humanidad afronta una crisis multifactorial. El capitalismo coloca en peligro a todas las formas de vida en el planeta. El neoliberalismo, inherente al modo de producción capitalista, intensifica la explotación de las mujeres, agravada por diversas formas de opresión y problemas sociales resultantes de la creciente acumulación de riquezas en pocas manos. La paz mundial está en inminente peligro ante una disputa geopolítica marcada por la colisión de intereses imperialistas y las aspiraciones de potencias emergentes, cuestión a la que se suma la justa lucha de los pueblos por su derecho a la autodeterminación.

El capitalismo neoliberal conjuga sus relaciones de propiedad con una mayor sometimiento de las mujeres, refuerza el racismo, afianza el patriarcado, exacerba el machismo, acentúa la lesbotranshomofobia, encubre su explotación con posturas sexistas mediante una industria cultural que crea en el inconsciente colectivo un modelo de convivencia cosificador de la mujer y la “convierte” en objeto susceptible de intercambio mercantil.

Desde esta perspectiva las diversas formas en las que se manifiesta la violencia de género, se constituyen en prácticas sociales que dan sentido al modo de vida imperante. El modelo civilizatorio colonial ha forjado un imaginario colectivo que invisibiliza la diversidad sociocultural y política de las mujeres, las concibe en perpetua subordinación frente al hombre, legitima su sometimiento, naturaliza la feminización de la pobreza y les asigna roles subalternos en la lógica de la dominación acuñada para preservar el orden existente.

La emancipación de las mujeres, será inexorable si se abren caminos hacia la superación del capitalismo, sistema en el que se crea, recrea y resemantiza la dominación de las mujeres, su explotación sexual, la aplicación de diversas formas de violencia en su contra, la xenofobia hacia las migrantes y la expoliación del trabajo femenino.

Sin duda, la situación de la mujer se agrava en un mundo caracterizado por la agresividad del imperialismo estadounidense junto a sus aliados en su afán de mantener la supremacía mundial. Con este despiadado propósito son adoptadas políticas injerencistas que colocan como prioridad el control de la población mundial y por consiguiente, se enfoca a la mujer como objetivo de las medidas coercitivas unilaterales y planes militares concebidos desde la Casa Blanca.

En este orden de ideas, en Nuestra América y en otras latitudes, el bloqueo genocida de carácter económico-financiero contra naciones soberanas, se ha convertido en una práctica sistemática de países imperialistas, liderada por los Estados Unidos de América, que viola de manera permanente el derecho internacional público al mismo tiempo que vulnera los derechos humanos de millones de mujeres, niñas, jóvenes y de la humanidad en general.

La política exterior del gobierno de Washington es la síntesis de una doctrina militar que, bajo el pretexto de la seguridad nacional de Estados Unidos, concibe el uso directo o indirecto de la fuerza como un recurso para preservar sus intereses en cualquier parte del mundo y apoderarse de los bienes comunes naturales. En otras palabras, la Doctrina de Guerra No Convencional que se aplica contra los pueblos que no se alinean a los preceptos dictados desde la Casa Blanca, constituye una agresión contra millones de mujeres que junto a sus pueblos levantan las banderas de dignidad anti-imperialista. Mención especial merecen las mujeres de Líbano, Siria y Palestina que combaten al sionismo y a los grupos terroristas organizados por potencias occidentales. Asimismo, es el caso de las mujeres del continente africano que resisten contra el neocolonialismo y imposición de la guerra por parte de los países imperialistas.

En América Latina y el Caribe el ciclo de gobiernos progresistas o revolucionarios reafirmó el derecho a la autodeterminación de los pueblos, detuvo el avance de las políticas neoliberales, al tiempo que se tradujo en conquistas populares y en diversas reivindicaciones para las mujeres. Ante este escenario, las élites del continente en el marco de la Doctrina del Poder Inteligente de Obama y ahora con la administración Trump, implementaron una contraofensiva que ocasionó una nueva oleada conservadora, permitió la emergencia de políticas fascistas de rasgos misóginos, una amenaza a la independencia de las naciones de la región y por ende, un atentado contra los logros alcanzados por la mujer.

En este sentido, las mujeres han enfrentado la vorágine neoliberal con una firme resistencia que tiene sus referentes más importantes en las mujeres de Honduras que defienden la madre tierra como lo hizo Berta Cáceres, la gesta de las mujeres colombianas en su justa lucha por la tierra y la histórica heroicidad de la mujeres haitianas que sufren la agresión neocolonial para acabar el ejemplo independentista de su país.

Sin embargo, la Revolución Bolivariana impregnada de la obra imperecedera del Comandante Hugo Chávez, se ha mantenido como un bastión de resistencia anti-imperialista, un proceso de liberación nacional que se proyecta hacia la construcción del socialismo, a pesar de las presiones por controlar su biodiversidad y minerales estratégicos. Venezuela se erige como una esperanza que es sinónimo de inclusión social, dignidad patriótica, liberación de los pueblos, ejemplo de soberanía, solidaridad internacional y también es un innegable horizonte de posibilidades para el florecimiento de las luchas emancipatorias de las mujeres.

Por estas razones, este país suramericano es víctima de una campaña sistemática de agresiones inspiradas en la Doctrina Monroe donde se combinan de forma versátil desde acciones diplomáticas hasta la amenaza de una intervención militar. Venezuela es el epicentro de los planes geoestratégicos del imperialismo. Su objetivo estratégico es vencer a la Revolución Bolivariana como referente político-social para el mundo. Se trata de aniquilar el ejemplo encarnado en la democracia participativa, desaparecer las organizaciones del Poder Popular y evitar así el desarrollo del país hacia el socialismo feminista. En fin, en Venezuela se juega la paz del continente y la posibilidad futura de construir nuevas relaciones humanas marcadas por la dignidad, el amor y la solidaridad.

En este contexto, el I Congreso Internacional de Mujeres declara lo siguiente:

Expresar nuestra solidaridad con las mujeres del mundo que luchan por la soberanía y autodeterminación de los pueblos, contra el imperialismo y especialmente, con aquellas que ofrendan su vida por una sociedad más justa donde las mujeres puedan decidir su propio destino. Especialmente nos solidarizamos con las mujeres colombianas, haitianas, hondureñas, sirias y particularmente, con las palestinas y libanesas que resisten contra el sionismo israelí.

Abogar por nuevas relaciones de poder igualitarias con visión de género, clase y etnia a los fines de superar el capitalismo, el patriarcado, el racismo y la lesbotranshomofobia.

Condenar cualquier forma de dominación sexista, la persecución de las mujeres migrantes y la trata de personas. Especialmente, nos solidarizamos con los combates que libran las mujeres del mundo para erradicar el femicidio/feminicidio como expresión del patriarcado.

Rechazamos el androcentrismo en el ordenamiento jurídico, así como la violencia económica y política que atenta contra la emancipación de la mujer.

Exigir el respeto al derecho de vivir en paz que tienen los pueblos del mundo y por consiguiente las mujeres. En consecuencia, exigimos que América Latina y el Caribe se mantengan como territorio de paz, libre de injerencia extranjera y libre de violencia hacia las mujeres.

Condenar la política guerrerista santanderista del gobierno de Iván Duque que pretende sumergir a Colombia y a la región, en una confrontación armada encaminada a imponer la política de Washington en el continente, comprometiendo la vida de las mujeres y en especial, de quienes desarrollan liderazgos políticos, así como de aquellas que hacen vida en la frontera.

Rechazar enérgicamente la amenaza política y militar que se cierne sobre la República Bolivariana de Venezuela, ratificamos nuestro repudio a los planes del imperialismo orientado a derrocar a su legítimo Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros. Denunciamos enfáticamente su política neocolonial dirigida a acabar con la independencia de la Patria – Matria de Apakuana, Josefa Camejo, Marta Cumbale, Matea Bolívar, Juana Ramírez, Luisa Cáceres, Bolívar y Chávez.

Expresamos nuestra solidaridad con las mujeres de la clase trabajadora, campesinas, las afrodescendientes e indígenas oprimidas por el neoliberalismo. Exigimos el reconocimiento de sus aportes cotidianos en la generación de riquezas y por ende, somos partidarias de una concepción liberadora del trabajo.

Repudiar la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, así como la implementación de la fuerza militar utilizada por el imperialismo para sojuzgar a los pueblos y en particular, a las mujeres.

Denunciamos los bloqueos económico, financiero y comerciales impuesto por el imperialismo contra los gobiernos progresistas o revolucionarios de América Latina, el Caribe y el Mundo. Igualmente, el I Congreso Internacional de Mujeres Por la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos acuerda hacer suyo el espíritu de la Declaración Final del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo y especialmente, las líneas generales de acción contenidas en la Declaración Final del Encuentro de Mujeres adoptadas en la ciudad de Caracas en el mes de julio de 2019. En consecuencia, aprobamos el siguiente Plan de Lucha:

  1. Realizar, de manera anual, el Congreso Internacional de Mujeres con sedes rotativas a solicitud de cada país.
  2. Crear una Comisión por el I Congreso Internacional de Mujeres a los fines de coordinar el cumplimiento del presente plan constituida por dos delegadas provenientes de cada continente participante, las cuales serán designadas en la plenaria de clausura.
  3. Constituir una Plataforma Internacional Unitaria capaz de articular a todas las organizaciones de mujeres, amalgamar sus esfuerzos, definir propósitos colectivos y potenciar las luchas de las mujeres por la paz, la soberanía y la solidaridad entre los pueblos.
  4. Crear una Plataforma Unitaria de las Mujeres por la unidad junto al resto de clase trabajadora, pueblos indígenas, afrodescendientes, la juventud y demás sectores que luchan por la paz, la autodeterminación de los pueblos, la solidaridad internacional, contra el imperialismo y el neoliberalismo.
  5. Promover y participar en el Encuentro Anti-Imperialista de Solidaridad, por la Democracia y Contra el Neoliberalismo a realizarse en La Habana del 1 al 3 de noviembre de 2019.
  6. Realizar acciones mundiales con impacto mediático, en todos los países participantes, a propósito de:
    • El Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el 19 de octubre de 2019.
    • El Socialismo Feminista, las mujeres y sus luchas, el 25 de octubre de 2019.
    • Día Internacional por la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre de 2019, en honor a lideresas políticas que han sido asesinadas por sus convicciones y luchas, tal es el caso de Bertha Cáceres, entre otras.
    • Marcha por el Día Internacional de los Derechos Humanos el 10 de diciembre 2019.
    • Día Internacional de la mujer. Conmemorado cada 08 de marzo.
    • Segunda Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia a efectuarse del 03 al 06 de diciembre de cada año.
    • Día Internacional de la mujer afrodescendiente. 25 de julio.
    • Día Internacional de la mujer indígena. 5 de septiembre.
    • Día Mundial de la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes. 26 de septiembre.
    • Promover la Realización de un seminario y una campaña de discusión mundial (con impacto en las redes sociales), sobre la Salud Sexual y Reproductiva, para los días 21 y 22 de mayo de 2020.
    • Impulsar acciones a nivel mundial en defensa de la Madre Tierra, con énfasis en nuestro pulmón vegetal, la Amazonía, que en la actualidad se encuentra en peligro por los intereses del capitalismo. (22 de abril de 2020)
  7. Igualmente, el I Congreso Internacional de Mujeres hace suyo las siguientes acuerdos del Encuentro Internacional de Trabajadores y Trabajadoras reunidos en Caracas en agosto de 2019:
    • Convocar y participar a un Twitazo Anti-imperialista el día 5 de noviembre 2019 (aniversario de la IV Cumbre de los Pueblos de Mar de Plata 2.005).
    • Coordinar en todas las capitales del mundo el 9 de diciembre de 2019, día de la conmemoración de la Batalla de Ayacucho, Jornada contra las Políticas Injerencista del Imperialismo Estadounidense en Nuestra América.
    • Realizar una Jornada Internacional de Protesta Contra el Neoliberalismo el 27 de febrero del año 2.020. (Conmemoración de los 31 años de la primera insurrección en Caracas contra el neoliberalismo)
    • Desarrollar una Jornada Internacional de Repudio a la Doctrina Monroe el 28 de junio de 2020 (Conmemorando el Golpe de Estado en contra de Manuel Zelaya)
    • Convocar una Movilización Mundial por la Paz y Contra los Planes de Guerra del Gobierno de Estados Unidos para julio de 2020.

Aprobado, por el pleno del I Congreso Internacional de Mujeres Por la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos, en la Ciudad de Caracas, Cuna del Libertador Simón Bolívar y Capital de la República Bolivariana de Venezuela a los 21 días del mes de septiembre de 2.019

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