En el Foro de la Paz y Solidaridad con Nicaragua, víctimas de las acciones terroristas del golpismo de la derecha compartieron su testimonio ante los presentes.
Mirlen Méndez, esposa del compañero Bismarck Martínez hasta hoy desaparecido, resaltó que en su hogar se creó en sus corazones el amor, la ternura, la paz y la prosperidad producto de la cultura y educación del Comandante Daniel Ortega.
Refirió que la familia sandinista y su familia de sangre ha crecido por millones.
“Pedimos a Dios que algún día nos dé la luz de saber dónde él está y dónde él se encuentra esta multiplicando esta tierra a estos hombres y mujeres, niños y niñas para que siempre haya amor en cada uno de nosotros”.
Mencionó que su familia ha sido muy católica y Bismarck muy creyente en la Sangre de Cristo. Cuando fue secuestrado todos se movilizaron y pidieron apoyo a la Iglesia porque a través de ellos era que se negociaba la libertad de los secuestrados y los entregaban.
“Lo primero que buscamos fue el apoyo de la iglesia católica porque ellos eran los que negociaban y los que entregaban y sin saber que eran los que orientaban los asesinatos a nuestros hermanos nicaragüenses”, indicó.
Lamentó las barbaridades que cometieron contra los policías asesinados, cuando lo único que hacían es resguardar la vida, tratar de que no hubieran más muertos.
“A todas esas personas que andan trabajando como dicen ellos para destruir, aquí, hoy es el Comandante Daniel, mañana puede ser otra persona que puede estar dirigiendo pero que con principios revolucionarios este país no se va a caer”.
Nos han partido el corazón, han dividido nuestras familias porque esto eso es lo que ha generado, y no es posible que nuestros religiosos, que confiábamos tanto en ellos, hayan destruido el amor, la ternura, la fe.
Nosotros no hemos escondido nuestra revolución. Nuestro Comandante, nuestra compañera Rosario nos han preparado para todo, dijo.
“Me duele”
Uno de los testimonios más dolorosos es el de la Teniente Karla Torres, viuda del suboficial Gabriel de Jesús Vado, quien fue secuestrado, torturado, asesinado y quemado por terroristas.
Torres recordó que siempre viajaban juntos y ese día no viajó con él porque ella tenía libre y se quedó en casa cuidando al bebé de 17 meses que procrearon. Cuando él salió la llamó que iba para la casa y cuando no llegó, ella empezó a preocuparse y a llamarlo, pero solo salía el buzón de voz. Llamó al trabajo y no habían noticias.
“Lo más duro para mí es al siguiente día que ingreso a trabajar y me dicen: ‘Karla ¿no es Gabriel el que sale en las redes sociales?’ ‘Mandame la foto –digo yo– quiero ver si es él’. Y no me la envían porque en el trabajo sabían que nosotros éramos un amor, como que estábamos iniciando la relación. Tres años de relación teníamos y era como que estábamos empezando el primer día”, dijo Karla.
Cuando se da cuenta es en el momento antes de salir a patrullar, lo reconoció en una foto sentado en una barricada. “No saben el coraje que me dio, de estar en la institución y no ir a rescatarlo. Me duele y todavía me duele”, indicó.
Entre lágrimas relató como su hijo le preguntaba por su padre y la forma como recibió los restos de su esposo en Medicina Legal. Ante ello, Karla se hace la pregunta: ¿Dónde están los padres que dijeron que no podían acompañar a la familia para ir a traer el cuerpo porque era muy peligroso ir a un tranque o a quienes se les dijo que fueran a los tranques a recuperar el cuerpo? ¿A dónde están?
“Solo les pido a ustedes hagan llegar esto donde sea necesario para que se sepa la verdad. Ayúdennos, porque es la realidad de lo que está pasando aquí. Seguiré en las filas de la Policía Nacional y tengo que ver a estos supuestos padres por que el hecho de que anden de sotana no significa que puedan andar aquí haciendo lo que quirean hacer, los quiero ver presos, lo que hicieron fue una atrocidad, los quiero ver detenidos, los quiero ver presos”, indicó la Teniente.
La teniente Torrez relató que como pareja tenían luchas y aspiraciones en común, hoy es a ella sola a quien le toca cumplir esos sueños por su pequeño bebé.
“Lo más doloroso es que ambos teníamos sueños, teníamos sueños con nuestra casita porque teníamos un bebé, ahora me va a tocar luchar sola por eso, por lo que ambos queríamos, para luchar por nuestro hijo, para que tuviera su casita digna para los dos como una familia”.
Vivo por milagro de Dios
Leonel Morales, dirigente estudiantil de la UPOLI y participante en la Mesa del Diálogo Nacional, también fue víctima de los terroristas el pasado 13 de junio. Él relató cómo fue secuestrado cuando se encontraba en la casa de su novia, torturado, golpeado, herido de bala, abandonado cuando intentaron matarlo.
Dijo estar vivo de milagro y agradeció al joven que le ayudó y llamó a los vecinos dándole auxilio para que llegara la ambulancia, y a todas las personas que estuvieron pendientes y oraron por él.
“Pasé cuatro días en coma, y yo digo que Dios es misericordioso, siempre lo voy a decir a las demás personas”, expresó.
“Yo fui una de las personas afectadas, solo por tener una ideología política, solo por tener mi propia convicción, solo por creer y tener mi propio partido”, añadió Morales.
Como testimonio de vida también resaltó la fe y solidaridad de la familia sandinista en medio de la adversidad.
“En el momento que a mí me pasó lo que me pasó la familia sandinista se solidarizó, cada hermano estuvo presente con su oración”.
“Dios conoce cada uno de nuestros corazones, Dios conoce el corazón de nuestro presidente, y si no fuera de Dios no estuviera aquí”
El dirigente estudiantil agradeció las muestras de solidaridad y cariño de parte del Comandante Daniel y de la compañera Rosario en los momentos más duros que vivió en el hospital.
“Quiero agradecerle a nuestro gobierno, a nuestro comdanante, a nuestra compañera porque estuvieron pendientes cuando yo estuve internado en el hospital siempre me mostraron su amor, su solidaridad, su acompañamiento y creanme que no todos los gobiernos son así no todos los gobiernos muestran el amor, la solidaridad, y la hermandad que deberían de mostrar“, afirmó
Finalizó diciendo que esta es una batalla de todos que “tenemos que enfrentarla con fuerza, no con fuerza de arma, sino con fuerza de fe, la fe es lo último que se pierde, hay que tener fe en nuestros corazones que el día de mañana todo va a estar bien en el nombre de Dios“.