Los héroes de la Patria se merecen un justo homenaje y reconocimiento a su patriotismo en defensa de la soberanía y dignidad nacional. Es por ello que hoy hacemos una reseña de la biografía de uno de nuestros héroes, el General Benjamín Francisco Zeledón Rodríguez.
Nació el 4 de octubre de 1879 en La Concordia, departamento de Jinotega. Sus padres Marcelino Zeledón Ugarte y María Salomé Rodríguez Arauz. Estudió su primaria en La Concordia y en 1895 fue enviado a la República de Honduras, donde bachilleró con honores en Ciencias, y Letras en 1899 del Colegio Espíritu del Siglo. Regresó a Nicaragua en el año 1900, se graduó de Doctor en Derecho y Notario en la ciudad de Managua el 17 de septiembre de 1903.
Entre 1904 y 1906 se desempeñó como Oficial Mayor de la Corte Suprema de Justicia y Juez de Distrito de lo Civil en Managua, Rivas y Cabo Gracias a Dios. En 1905 contrajo matrimonio con Esther Ramírez Jerez, con quien procreó cuatro hijos.
A inicios de 1907 fue nombrado Auditor de Guerra y Marina, y motivado por el patriotismo y nacionalismo participó en la histórica Batalla de Namasigüe, en el contexto de la guerra perpetrada por las repúblicas de El Salvador y Honduras contra nuestro país, en marzo del mismo año. Su destacada participación en esta batalla, fue ascendido al grado de Coronel el 7 agosto del mismo año.
En 1908 cuando ocupaba el cargo de Ministro en misión especial y representante diplomático ante la República de Guatemala, Fue ascendido en marzo al grado de General por el Presidente de la República, doctor José Madriz Rodríguez. Para el 1910 el General Zeledón desempeñó el cargo de Subsecretario de Guerra y Marina.
Estuvo exiliado en Costa Rica y regresó a Nicaragua en 1912, y ante la intervención militar estadounidense constituyó la Primera Brigada, integrada por militares retirados, estudiantes y artesanos para defender la soberanía de Nicaragua. Esta Brigada se unió a las fuerzas del General Luis Mena el 1 de agosto conformando el Ejército Aliado.
Las fuerzas al General Zeledón enarbolaron su valentía, patriotismo y dignidad contra la yaqui. En comunicado a los oficiales y soldados de su ejército con fecha del 15 de agosto de 1912, expresó: “…la Nicaragua libre, la que soñaron los patriotas de 1821 (…) surgirá bella, riente y hermosa, saludando a todos sus hijos, sin distinción de colores políticos, amparándolos bajo los pliegues de su hermosa bandera: después del triunfo no habrá más que nicaragüenses. ¡Viva Nicaragua Libre! ¡Viva el ejército Aliado!”.
El 2 de octubre fuerzas conjuntas de marines y conservadores de aproximadamente 5,500 hombres avanzaron hacia Masaya y se establecieron en el poblado de Nindirí, donde intentaron la rendición del General Zeledón Rodríguez con la mediación de su suegro, el doctor Gerónimo Ramírez a quien el General contestó: “…desde que lancé el grito de rebelión contra los invasores y contra quienes los trajeron, no pensé más en mi familia, sólo pensé en mi causa y mi bandera, porque es deber de todos luchar hasta la muerte por la libertad y la soberanía del país”. (Benjamín F. Zeledón R. Carta a su esposa Estercita. Masaya, 3 de octubre de 1912).
Al día siguiente los marines norteamericanos atacaron las posiciones del Ejército Aliado con artillería, atrincherado en El Coyotepe y La Barranca. En estas circunstancias el General Zeledón se replegó en dirección a Jinotepe y el 4 de octubre fue emboscado y asesinado por las fuerzas militares conservadoras.
El General Benjamín Zeledón respondió en defensa de la dignidad de nacional, conciente que era imposible la victoria, prefirió el luchar a muerte, no a la cobardía, expresando en su carta a su esposa Esther: “cada gota de mi sangre derramada en defensa de mi patria y de su libertad, dará vida a cien hombres que, como yo, protesten a balazos del atropello y la traición de que es (…) víctima nuestra hermosa, pero infortunada Nicaragua”.
Aunque pasó a la inmortalidad en su lucha contra el invasor yanqui, sirvió de ejemplo para que un joven de Niquinohomo continuara su lucha contra el servilismo de los vende patria y la defensa de la soberanía nacional. Ese joven era el General Augusto C. Sandino, quien años después siguió con el legado del General Benjamín Zeledón.
El General Benjamín Zeledón Rodríguez fue declarado “Héroe Nacional” por la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de la República de Nicaragua, mediante el Decreto N° 536 aprobado el 27 de septiembre de 1980 publicado en La Gaceta, Diario Oficial N° 233 del 10 de octubre de 1980.